El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, ha causado polémica al sugerir la idea de participar en una tercera campaña presidencial en 2028, a pesar de que la Constitución estadounidense impone un límite de dos períodos consecutivos para un presidente en la Casa Blanca.
En una entrevista reciente, Trump afirmó que «muchas personas desean que lo intente» y agregó que «existen modos» para conseguirlo, aunque reconoció que es «demasiado temprano» para discutir el asunto. Una de las tácticas que indicó fue la opción de que el vicepresidente, JD Vance, se presente en 2028 y, una vez en el cargo, le ceda la presidencia. No obstante, Trump no especificó otras posibles opciones.
Cambiar la Constitución para quitar el límite de dos períodos presidenciales sería un proceso complejo. Necesitaría el apoyo de dos tercios del Congreso o de dos tercios de los estados para iniciar una convención constitucional. Luego, cualquier enmienda propuesta tendría que ser aprobada por tres cuartas partes de los estados para ser adoptada.
Modificar la Constitución para eliminar el límite de dos mandatos sería un proceso arduo. Requeriría la aprobación de dos tercios del Congreso o el respaldo de dos tercios de los estados para convocar una convención constitucional. Posteriormente, cualquier propuesta de enmienda debería ser ratificada por tres cuartas partes de los estados para su adopción.
Aunque existen restricciones constitucionales, algunos partidarios de Trump, como Steve Bannon, han manifestado su respaldo a la idea de un tercer mandato. Bannon propuso que Trump podría contender nuevamente y salir victorioso en 2028, apoyando la idea de que hay «opciones» para eludir las limitaciones vigentes.
No obstante, especialistas en leyes han considerado estas propuestas como impracticables. Michael Waldman, presidente del Brennan Center for Justice, señaló que tales conceptos carecen de base legal y no tienen probabilidades auténticas de realizarse. La idea de que un presidente en ejercicio pueda ceder el cargo a otra persona y luego regresar al poder es, según Waldman, más una conjetura que una táctica factible.
Asimismo, la comunidad internacional sigue de cerca estas afirmaciones, dado que podrían impactar las relaciones exteriores y la percepción mundial sobre la estabilidad política de Estados Unidos. La noción de un presidente que intenta prolongar su mandato más allá de los límites fijados podría ser interpretada como un paso atrás en los principios democráticos que han definido al país por más de dos siglos.
Además, la comunidad internacional observa con atención estas declaraciones, ya que podrían afectar las relaciones exteriores y la percepción global de la estabilidad política de Estados Unidos. La idea de un presidente que busca extender su mandato más allá de los límites establecidos podría ser vista como un retroceso en los principios democráticos que han caracterizado al país durante más de dos siglos.
Mientras tanto, la oposición política ha criticado abiertamente las insinuaciones de Trump. Líderes demócratas han acusado al presidente de intentar socavar las normas democráticas y han advertido sobre los peligros de seguir propuestas que podrían debilitar las instituciones del país. Han enfatizado la importancia de respetar la Constitución y los procesos electorales establecidos para garantizar la continuidad y estabilidad del sistema democrático.