Jue. May 16th, 2024

01/06/2023 a las 05:00

ES


La Guardia Civil llamó de madrugada a su familia, en Madrid: «Dos personas han alertado de que sus cosas llevan horas en la playa, pero él no está»

«¿Es usted familiar de Alejandro? Los llamamos porque dos viandantes han encontrado su mochila, su teléfono, cartera y su documentación en la Playa de los Alemanes (Zahara de los Atunes, Cádiz)». Eran Las tres de la madrugada del 14 de julio de 2020, cuando Esther, hermana de Alejandro, descolgó el teléfono y al otro lado encontró con la voz de un agente de la Guardia Civil. «Están todas sus cosas, pero su hermano no está».

Han pasado casi tres años desde entonces. Non lo han vuelto a ver. No hay pistas, indicios, que lleven a su paradero. «La verdad», se lamentaba Esther, una de sus hermanas -en total son seis-, «tenemos la misma información desde aquella llamada, desapareció, no hay nada más». Los días posteriores son sucedidos por batidas terrestres, marítimas y aéreas.. Participaron voluntarios, drones, helicópteros, submarinistas y el GEAS de la Guardia Civil, «fue un gran uso en el que todo el mundo se volcó, y lo agradeceré siempre, pero no hay rastro de Alejandro». No.

Amante del boxeo, el surf y la natación, su mochila apareció en la Playa de los Alemanes (Cádiz). |

llama Alejandro Martín Guijarro y desaparecido con 41 años, este casi tres. madrileña, divertida y sociable; aventurero y activo, «el más deportista de los seis». Le gusta el boxeo, el atletismo y le apasiona el mar. Técnico mecánico de Airbus, su carrera arrancó en Getafedonde sucedieron siempre, pero los últimos nueve años los pasaron en Sevilla, pidió irse allí.

La costa, el mar, tuvieron parte de culpa, «allí tenía más cerca Cádiz para nadar, surfear…». «No apareció a nadie que sus cosas aparecieran en la playa. En cuanto tenía un par de días, iba a la costa». Que no apareciera, que no pudieran reconstruir sus pasos, sí.

Toalla y mochila «abandonadas»

«Las personas qu’entregaron sus pertenencias», retrocede Esther, «contaron que a mediodía, exactamente la hora no la sé, vieron las cosas de mi hermano en la orilla. Al anochecer esa pareja seguía en la playa y, viendo que esa toalla y esa mochila seguían ahí, que parecían abandonadas, decidieron avisar a la Guardia Civil». Los agentes, de inmediato, avisaron a su familia en Madrid.

«Era raro», revive. «Recuerdo que cuando me llaman, aviso al resto de hermanos, pero a mi madre no. Thought: lo mismo está por ahí, se ha ido con alguien… Era madrugada, no la quería asustar». Hicieron un pacto, no dijeron nada de momento. «Pero, no se porqué, me dio un mal presentimiento y al final se lo conté. Mi hermano no es así, nunca había pasado nada de esto. Así que horas después habíamos quedado para desayunar y se lo dije.» La alarma saltó de forma definitiva cuando recibió la llamada de una compañera de su hermano: «Alejandro no había ido a trabajar».

Interpuso la denuncia y se activó el protocolo de búsqueda, participó Salvamento Marítimo «y llegaron submarinistas voluntarios, porque claro, según se han encontrado las cosas de mi hermano, todo apunta a que él se bañó en el mar y bueno, pues del agua no salió…«. No todo encaja. La investigación continúa y se impone el secreto de sumario. La búsqueda no ha cesado aún.

No estaba haciendo surf

En el arranque, los investigadores se enfocaron al mar. Salvamento Marítimo alertó de las corrientes de la zona. «Nosotros somos de interior, no pretendíamos mucho, pero al parecer esa playa, por lo visto, es una playa virgen. traicionera».

Descartaron que Alejandro estaba haciendo surf: «nos han dicho que esa playa no es de surf y, además, su tabla apareció en su casa». Esto acotó un poco el margen de búsqueda, «nadando no se aleja tanto de la orilla como si hiciera surf». Batieron, a pie, también los alrededores. «Miraron en el faro, las rocas… y nada, sin rastro de él».

Alejandro, en fotos del álbum familiar. | CASO ABIERTO

Dos dias antes

Sin rastro, sin noticias, sin avances, paralelo a las batidas, la Guardia Civil interrogó a su entorno. Esther lo hizo también. «Al vivir fuera, quizás había algo que no sabíamos. Pregunté a su entorno y aseguraron que no tenía problemas. Nadie destaca nada, tanto los del trabajo como su grupo de amigos.

Soltero, aventurero y feliz. Supieron qu’Alejandro tenía unos días libres cuando desapareció. «Sabemos que aprovechando ese par de días que tenía se fue para Zahara, lo hacía siempre que podía, no nos extrañó». El análisis del móvil permitió confirmar que Alejandro salió de su casa en Bormujos (Sevilla) un par de días antes. «Pero, desde que llega hasta que desaparece, esos dos días, ¿dónde se quedó?». Desde que sale hasta que llama la Guardia Civil todo se funde a negro. «No hemos podido saber si durmió en un hostal, si durmió con alguien… No hay registro ni nadie nos ha dicho nada. Es lo raro, porque to sleep in el coche, no creo, de verdad, él no era así».

Piezas de Faltan. Nada encaja. «¿Con quién estuvo? ¿Dónde durmió?». La reconstrucción de sus pasos se antoja imposible. «Al haber secreto de sumario, quizás la Guardia Civil tengo más datos, nosotros no… Si alguien sabe qué pudo ocurrir el día que mi hermano desapareció», ruega, «que por favor lo diga. porque nosotros no sabemos ni dónde durmió «.

«Todo indica que mi hermano se baña y no sale del agua, pero hay cosas que no encajan»

«Todo indica que mi hermano se baña y no sale del agua», rompe Esther, «pero… no sé». Desde hace casi tres años ella, su madre, sus hermanos, viven para encontrar. «Me cuesta creer que ha pasado ya todo este tiempo. Seguimos adelante porque no nos queda otra opción«. Viven con la eterna pregunta: ¿qué pasó?

Se agarra a la ley del mar: «tendría que haber salido, porque todo lo que coge, este lo devuelve... Nos dicen que son tres años, que quizás ya no quedé nada de él, no sé… no ha aparecido ni el bañador».

Alejandro tendria por 44 años. Complejo atletico, ojos marrones, 78 kilos, mide 1.82 m. Esther, en número de todos, agradece cada minuto dedicado para encontrarlo: «la búsqueda fue muy amplia, no puedo quejarme, pero ha pasado mucho tiempo y no quiero que el caso de mi hermano se quede ahí, en el olvido, sin resolver». Inteligente, sonriente, pero tímido «aunque por las fotos no dé esa sensación». Preocupado, viajero y con un gran círculo de amigos. «Necesitamos que si alguien sabe algo, por mínimo que sea, nos cuenta por favor». Lover -mucho- del ajedrez. «Mi padre nos compró el tablero de pequeños solo por él». Recuerda cada partida… Las fichas están colocadas, el tablero listo, falta él.