En las páginas de resultados de las pruebas de esquí de fondo es imposible no ver la multitud de banderas rojas con cruces azules bordeadas de blanco. El 4 de febrero, el evento de estilo libre individual masculino de 10 kilómetros de la ronda de la Copa del Mundo en Toblach, Italia, proporcionó una prueba más de esto: los primeros siete corredores en cruzar la línea de meta fueron noruegos; el décimo también. «De hecho, todos los que participaron terminaron entre los 10 primeros, es increíble»resume la esquiadora de fondo francesa Delphine Claudel.
Dos representantes de la nación escandinava, Tiril Weng para mujeres y Johannes Klaebo para hombres, dominan actualmente la clasificación general de la Copa del Mundo. Una hegemonía a la que no han escapado los campeonatos del mundo de la disciplina, que se vienen disputando desde el pasado 23 de febrero, en Planica, Eslovenia: siete títulos en doce carreras disputadas.
Durante estos diez días, Noruega reinó indiscutible entre los hombres, ganando todos los eventos (seis de seis). Durante la edición anterior de los Mundiales, los atletas noruegos, tanto hombres como mujeres, ganaron nueve de los doce títulos en juego.
nada sorprendente, «van a la escuela esquiando», bromea Delphine Claudel. En el país, el esquí de fondo es un deporte nacional, que se transmite de generación en generación. Johannes Klaebo, uno de los líderes de la disciplina, por ejemplo, la entrena su abuelo. “Hay muchos clubes y estructuras familiares, lo que mantiene una densidad “dice Thibaut Chêne, entrenador del equipo de velocidad masculino de Francia.
Una estructura y método de entrenamiento diferente
“Muchos jóvenes sueñan con ser campeones”continúa el francés. Y el país tiene los medios para estar a la altura de sus ambiciones, particularmente en términos de investigación y estudios sobre la fisiología de los esquiadores de fondo. Conocimientos y saber hacer que sitúan a Noruega en un círculo virtuoso. “Están en una situación de monopolio porque siempre van un paso por delante”, explica Thibaut Chêne. El buen desempeño de sus efectivos los hace atractivos para los patrocinadores, asegurando así que cuentan con el mejor equipamiento. “Tienen el mercado del esquí de su lado, por lo que rara vez se ven atrapados. La dominación llama a la dominación”argumenta el técnico tricolor.
Los noruegos también se distinguen por su forma de entrenar. “Hacen muchas más horas que nosotros a alta intensidad”, observa Alexandre Pouyé. La cultura francesa, por el contrario, ha dependido durante mucho tiempo de un elevado número de horas de entrenamiento para progresar –en detrimento de la calidad–, desarrolla la ex fundadora, ahora entrenadora de la selección femenina francesa. “Ahora hemos cogido el redil y estamos haciendo un trabajo más dinámico”él promete
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