Una foto tomada en un barco durante unas vacaciones en Córcega, otra frente a un árbol de Navidad y una montaña de regalos bellamente envueltos, una tercera en traje de noche en la alfombra roja de una entrega de premios… Todo intercalado con muchos planos en trajes blancos, máscaras de malla en sus rostros y sables en sus manos. Esta no es la cuenta de Instagram de una influencer, sino la de la esgrimista Charlotte Lembach, subcampeona olímpica con la selección femenina de Francia en los Juegos Olímpicos de Tokio en el verano de 2021. Como ella, muchas atletas ahora aparecen en las redes sociales. De hecho, estas plataformas se han convertido en una herramienta indispensable en la búsqueda de visibilidad y, por lo tanto, para los patrocinadores, especialmente ahora que se acerca la fecha límite más grande de todas, los Juegos Olímpicos (OG) en París, en 2024.
“La importancia de las redes sociales en la financiación de una carrera deportiva es hoy considerable”, explica Uriel Abalo, experto en comunicación en redes sociales, especializado en el ámbito del deporte. Introducir publicaciones en cuentas personales es ahora imprescindible para aquellos que pretenden luchar contra el anonimato entre las principales competiciones. “Los atletas son generalmente aprehendidos a la luz de una actuaciónargumenta el Sr. Abalo. Pero además de eso, está toda la dimensión del “estilo de vida” [art de vivre], que les permitirá monetizar su imagen y su ADN. » Aunque eso signifique, a veces, subirse a un escenario lejos de los campos deportivos.
Este nuevo ingreso es particularmente valioso para representantes de disciplinas con poca o ninguna profesionalidad. “Hace diez o quince años éramos muy pocos para vivir de nuestro deportedice Charlotte Lembach. Ahora, con las redes sociales y la comunidad que puedes tener haciendo deporte, los jóvenes piensan que se pueden ganar la vida haciendo videos, fotos, posando…” Muchos atletas jóvenes son “en una situación precaria”argumenta la patinadora artística Maé-Bérénice Méité, esto puede permitirles “simplemente no tener que sobrevivir más”.
Después de su lesión en el tendón de Aquiles durante el Campeonato Mundial en Estocolmo en marzo de 2021, la seis veces campeona francesa, de 28 años, se dio cuenta de las ventajas de este enfoque: “Ya no podía utilizar la principal herramienta de trabajo que es mi cuerpo para generar ingresos. Entonces me dije que tenía que desarrollar mi imagen de marca y poder monetizarla. » Con sus 137.000 suscriptores en Instagram, espera eventualmente dejar de depender de ayudas externas y subsidios para patinar.
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