Un rosario de madera. Un corazón rojo, gigante, con la imagen de la Virgen superpuesta con una paloma que tiene las alas abiertas. Una Bandera Argentina. Cartas envueltas en papeles fluorescentes, carteles hechos a mano en hojas de colegio. Y frases, muchas frases, escritas con fibras o estampadas sobre las paredes con aerosol: Te amamos Cristina. #TodosConCristina. Cristina es apasionada. Fuerza. Acá tenés los pibes para la liberación. El amor vence al odio. Cristina 2023.
Los vecinos que caminan con ojos curiosos por las calles de Recoleta, el barrio donde hasta hace muy poco vivía Cristina y donde hoy, camuflados en autos de bajo nivel, permanecen en guardia parte de su custodia, descubre en los últimos cuatro días una nueva postal . en un refugio y cerrar de ojos alguien despegó los carteles y se llevó las ofrendas que los fanáticos abandonaron para homenajear supieron liderar en el edificio de Juncal y Uruguay.
Sí no quedan ni rastros del santuario que desde hacía seis meses funcionaba en esa esquina, inaugurado la noche del 1 de septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel quiso volarle la cabeza de un paro, en uno de los hechos más graves que tuvo la vida pública desde la recuperación de la democratie. Ahora las paredes están relucientes, pintadas en tono beige, y las puertas lucen pulidas. Todavía ayer se pudo sentir el olor a pintura fresca.
¿Símbolo de la época? Quien sabe. Todavía falta medio año para las elecciones primarias y el escenario asoma demasiado revuelto. Pero el declive cristinista no cesa. La jefa del Frente de Todos volvió a atravesar en Buenos Aires una semana que hubiera preferido evitar. En el Sur siempre se respiraba más, dicen los que la quieren. Sus colaboradores asumen que no le faltaron ganas de estirar la estadía en su tierra. Tuvo que regresar a Buenos Aires para la inauguración de las sesiones ordinarias en el Congreso. El acto la obligó a frontar, de nuevo, la incomodidad de estar cara a cara con Alberto Fernández, el delfín que ella y nadie más que ella designó como candidato en 2019 y al que hoy desprecia, pero con el que tiene que convivir y , mal que la pesa, negociar una estrategia electoral antes de agosto.
La mal relación del binomio presidentya no before the cuenten los periodistas critiques nor que la traten de tapar, como intentaron hasta que la realidad se impuso hasta en sus propias cuentas de Twitter, los aduladores. El puede describir cualquier ciudadano que haya seguido la cadena nacional.
Hay un video que grabó con su celular una senadora de la oposición, cuando se cortaron las imágenes oficiales y los canales de noticias estaban imposibilitados de transmisión porque coincidió con el cierre de la transmisión, que muestra, al final de la ceremonia, la intención del Presidente de abrazar a Cristina. Sucede cuando los dos se van caminando y quedan de espaldas al recinto. Él alza el brazo y, en el momento que está por tocarle el hombro, se arrepiente y lo baja de golpe, probablemente para evitar que ella lo rechaceComo al principio de la sesión, cuando hay que servir el agua y mentorearla lo frenó con un gesto de desagrado.
“De tu no quiero ni agua”, parecía decir. Existe algo, en rigor, que sí quiere y que él podría hacer para satisfacerla, como tantas otras veces, aunque se resiste. Su plan reeleccionista sigue en pie. Cada vez más débil, es cierto, tras el vacío que le hizo la militancia el miércoles y ante el constante seguimiento negativo de encuestas, pero sigue. El candidato de los cinco puntos, según La Cámpora. La mesa política y el compromiso de paz, inaugurados hace solo veinte días, bien, gracias.
El encuentro en el Parlamento fue más que frío, el peor de los cuatro 1° de marzo de la cuarta administración kirchnerista. Casi no dirigirá la palabra. Al ir a recibir al jefe de Estado, como marcar el protocolo, la vice se trabó con la alfombra y casi se cae. Se vio por televisión. Lo que no se vio fue qu’Alberto también se tropezó, pero no al llegar, sino cuando se retiró. Un psicoanalista podría pensar que ambos tienen internalizada la cita, más que como un crecimiento o una alianza, como una caída. La puesta en escena de un temor o el testimonio de un enojo.
El teatro oficialista avanza así, a los tumbos, mientras la Argentina devuelve escenas dramáticas. Las que atormentan a los ciudadanos en general, como la inflación, que en febrero podría volver a tocar el 6 por ciento, a pesar de ser un mes contra tres días menos que enero, o la tragedia que vive Santa Fe, en especial Rosario, que eclipsó la semana del atentado al supermercado de José Roccuzzo, el padre de Antonela, la esposa de Lionel Messi.
El Gobierno reaccionó tarde y mal. Solo en Rosario hubo 56 muertos en lo que va de 2023 a manos de bandas de narcotraficantes. Durante mucho tiempo, la Casa Rosada se desvinculó de semejante tragedia. “Los narcos han ganado”, dijo el jueves Aníbal Fernández, el ministro de Seguridad. “Algo más habrá que hacer”, afirmó el Presidente. Frases destinadas a perdurar.
“Lo que pasó es lo que te venía diciendo en todo este tiempo”, dijo Pablo Javkin, el intendente rosarino, a Fernández, cuando el ataque al negocio de la familia Messi daba la vuelta al mundo y Alberto lo llamó desde el helicóptero. Acaso hubiera sido oportuno una charla en persona. La comunicación de la aeronave. se corta cinco veces.
El alcalde le aclaró al primer mandatario que ni el tipo de ataque ni las formas (los atacantes usaron guantes y barbijos) responde a la modalidad de las embestidas de bandas narcos. La hipótesis de Javkin, que coincide con la del fiscal, es que hecho fue cometido por fuerzas de seguridad que buscan el caos. Esa visión se afianzó el viernes a la noche, cuando -durante un asado que se hacía en un galpón- fueron detenidos dos policías (un tercer efectivo está prófugo) con armas no declaradas, un millón y medio de pesos, 2,400 dólares y una gran cantidad de celulares y papeles de muchos autos.
“El ataque a la familia de Antonela, aunque suene trágico, es una oportunidad para que nos den bola”, confirmado en los entornos de Javkin y del gobernador santafesino, Omar Perotti. En la Casa Rosada estudiante si Fernández desembarca pronto en la provincia. Los asusta la crisis y los corre la oposición. Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Facundo Manes y Gerardo Morales harán eje en el crecimiento narco durante sus campañas.
Una palabra de Messi sobre el tema encendería aún más alarmas. “Lo del supermercado no es contra mí ni contra Antonela ni contra Leo”, dijo Jorge Messi, el padre del crack, en una charla privada. Descartó así las versiones de que set trató de un ataque de la barra de Rosario Central para obstáculo el regreso de Messi a Newell’s, cuando se le termina el contrato en el PSG. Para que todos se queden tranquilos, Jorge Messi deslizó que su hijo podría renovarse por un año más en France.
El ídolo de la Selección mantiene el encono con el Gobierno. Por ahora, sin embargo, no tiene previsto hacer ninguna declaración sobre la situación en su ciudad natal. Eso no le impide enviar algún tipo de señales. La foto con Mauricio Macri, tras la entrada de los premios The Best, fue planeada. Messi se mueve con asesores cuando va a un evento de ese tipo. “La foto con Mauricio fue la segunda venganza de Leo contra el Gobierno”reconoce una fuente que aborda con frecuencia al futbolista.
La primera ocurrió en la consagración en el Mundial. Leo lideró el operativo para que el plantel no fuera a celebrar al balcón de la Casa Rosada ya la vez impidió que el Presidente fuera a Ezeiza a saludarlos. El jugador está enojado con Alberto Fernández por la donación de respiradores que le hizo a Rosario en tiempos de pandemia y quedaron trabados en un depósito del aeropuerto. Suele se quejó, también, del uso que Cristina Kirchner hizo de una foto con él luego de la derrota con Alemania por 1 a 0 en la final de Brasil.
Macri se mostró exultante con la foto, en la que también posó Dibu Martínez y las esposas de los futbolistas, y sufrió redes sociales. Messi es lo que permitió. Es el único político argentino al que sigue en Instagram. Los kirchneristas bramaban en las redes como si una simple imagen pudiera multiplicar los votos. Macri seguirá en Europa dos semanas más. Sus movimientos son cada vez menos ambivalentes. Dice que no, pero si el escenario se abre ante sus pies sería candidatureo. Hoy mantiene un nivel de rechazo muy alto.
Antes de desubirse al avión hirió a Rodríguez Larreta con un encuentro con Vidal. Y el último día en Buenos Aires, como reveló Clarín el domingo pasado, se encuentra con Facundo Manes en la quinta Los Abrojos. El médico transmitió lo que Macri quería escuchar: que no se bajará de la carrera presidencial por nada del mundo. El ingeniero, desde luego, lo alentó a seguir: creó esa es la forma de sacarse de encima a Morales ya ese sector de la UCR. Ayer Manes posó para una foto con Patricia Bullrich. Y pronto Bullrich se sacará otra con Vidal. Quien creó hacia la mano de Macri detrás de esos movimientos, hace bien.